Por: Fernanda Silva Seguel. Nutricionista con postgrado en trastornos alimentarios y adicción a la comida. Te acompaño a crear tu propia nutrición antidietas. Sígueme en @nutrifersilva
Llevamos algunos días viviendo una crisis que nos afecta algunos más que otros, lo he vivido más como un tipo montaña rusa…creo que es la mejor manera de describir este tiempo. Algunos días full motivada haciendo ejercicio, cocinando y algunos días que me cuesta un poco más salir de la cama, pero desde un comienzo lo que me han preguntado mucho es:
¿Qué hacer con la ansiedad?, ¿Qué comer?
Porque, si igual he tropezado con eso y es más que normal, todos tenemos maneras diferentes de afrontar estos tipos de crisis que principalmente nos afecta desde lo emocional que conlleva una cascada de efectos.
Es importante estos días tomarlo como una pausa y evaluar lo que estábamos haciendo (algunos les sirve sentarse con la música que más nos gusta y escribir), podemos replantearnos muchas cosas como nuestros hábitos en general que nos repercute en nuestro estado anímico, aunque no lo creas. Es importante tener en consideración que no estamos en etapa de realizar ningún tipo de dieta estricta (bueno la verdad, ni ahora ni nunca) porque nos lleva a estados de atracón y ¿qué significa esto? Está definido como comer más rápido de lo normal en gran cantidad sin tener hambre hasta sentirse saciado.
Es importante reconocer que existen diversos tipos de hambre, pero los podemos clasificar en dos grandes grupos: HAMBRE EMOCIONAL Y HAMBRE FISIOLÓGICO.
Entonces ¿Cómo identificarlos?
El hambre emocional como lo dice su nombre viene desencadenada por un sentimiento que estos días es medio difuso, el cual puede ser miedo, pena, rabia, incertidumbre, alegría y un sinfín de emociones y tiene ciertas características de fácil identificar, por ejemplo: aparece de repente, tendemos a buscar alimentos específicos (dulces o salados) como chocolate o algo bien aceitoso, el ánimo que tenemos influye en la cantidad y al terminar te sienes abotagado a veces con culpa. Y bueno el hambre fisiológica es el que aumenta de manera gradual, esta abierta a más opciones y no te genera sentimientos negativos.
Por esto mismo es importante parar, respirar y reconocer lo que sentimos que estos días es super normal sentirse desbordada a momentos pero lo qué hacemos al respecto INFLUYE MUCHO MÁS y no hay un consejo clave que nos “quite” la ansiedad pero hay cosas que puedes probar, por ejemplo: organizar tus comidas del día o de la semana, toma agüita es super importante mantener tu hidratación diaria puedes colocar alarmas o desafiarte a ti mismo, si tienes más ansiedad de dulce puedes buscar muchas opciones más saludables en internet como cocadas con chocolate, aumentar tu consumo de frutas y verduras en diferentes preparaciones, realizar actividad física que te acomode hay varias clases en modo online colocando un horario diario.
Pero lo más importante: no estás sola, apóyate en tu entorno…quiérete, acepta lo que sientes, respira y acepta ese sentimiento.